Notas Bibliográficas

Eleuterio Ramón Ruiz, El libro del Eclesiastés. Comentario y propuestas de lectura. Estella (Navarra): Verbo Divino, 2023, 208 pp.

Leandro Ariel Verdini
Facultad de Teología. Pontificia Universidad Católica Argentina, Argentina

Revista Teología

Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, Argentina

ISSN: 0328-1396

ISSN-e: 2683-7307

Periodicidad: Cuatrimestral

vol. 60, núm. 141, 2023

revista_teologia@uca.edu.ar



La obra comienza con una introducción en la que se abordan los problemas clásicos que debe conocer el lector contemporáneo que se aboca a la lectura pormenorizada del Eclesiastés. Se trata allí la historia de su incorporación en el canon y todas las discusiones que suscitó el libro. También se desarrolla la problemática que origina el nombre del libro; junto con los temas clásicos, a propósito de las cuestiones históricas: cuál fue el contexto de composición de Cohélet, es decir, el lugar, el momento y los actores necesarios. En la introducción se abordan también los problemas literarios en torno a la problemática del género del libro y de las pequeñas formas incorporadas en él, se sintetizan las discusiones sobre la estructura de la obra y se reflexiona sobre el estilo retórico que posee. El autor afirma que Cohélet «no es una obra acabada ni presenta una articulación teológica definitiva»; debido a que los autores de este libro bíblico «se dedican más bien a poner en cuestionamiento las síntesis teológicas precedentes abriendo interrogantes y ensayando respuestas prácticas y concretas para vivir en este mundo» (pág. 21). Coherente con este principio, la teología del libro se presenta mediante la enumeración de ciertos temas, que una y otra vez, emergen a lo largo de la trama de la obra; se trata de cuestiones claves: la vanidad, la alegría, el temor de Dios entre los que más se destacan.

La sección más extensa del libro está dedicada al pormenorizado comentario de Cohélet. El método seguido por el autor parte de la división que se había planteado en la estructura para comprender de la construcción del libro (p. 16-18). El comentario se ordena según las cuatro partes establecidas, comenzando, en primer término, por los argumentos que justifican la delimitación de cada una y el establecimiento de los límites literarios observados que justifican la propuesta. A continuación, se transcribe el fragmento del texto en perícopas, según la disposición que se plantea en la división y subdivisión de cada parte. La traducción ofrecida pertenece a la última edición de La Biblia. Libro del pueblo de Dios, que se enriquece con notas de traducción y se propone a la vez, en varias oportunidades, cambios en la traducción que pretenden remarcar matices o perspectivas que son justificadas suficientemente en cada caso.

Las cuatro partes en las que el autor esquematiza su comentario procuran resaltar el valor de la vida humana. Así, el profesor Ruiz, pone de manifiesto en su obra mediante la estructura, el profundo antropocentrismo que posee el libro del Eclesiastés. El primer bloque ejemplifica la vanidad de la vida humana sobre la tierra, evidenciando la inconsistencia del hombre (1,3‒2,26) y la dimensión efímera de su existencia (3,1-22). El segundo, sitúa al lector para observar con detenimiento las relaciones que el ser humano establece con los demás (4,1‒5,8) y con los bienes materiales (5,9‒6,12). El tercero, demuestra en qué consiste y dónde se encuentra aquello que es verdaderamente «bueno» para el ser humano. Acompañado también, de una crítica audaz respecto a ciertos supuestos de la sabiduría tradicional que forman parte del imaginario de la social (7,1‒9,10). Se podría decir que en esta tercera parte se adjunta un discernimiento cultural de tantos a prioris y esquemas sociales dados, que nadie cuestiona y muchos viven, transformándose en burócratas del sistema y en practicantes de criterios frecuentes que nos vienen ancestralmente dados y muy pocos deliberan. Finalmente, el cuarto bloque o parte, desarrolla los desafíos que toda persona debe afrontar en el presente de su vida (9,11‒12,14); se tratan allí temas cruciales como la felicidad, el gobierno de las comunidades, los peligros de la vida, la generosidad y el disfrute humano. El autor del comentario deja entrever así con esta propuesta de estructura para pensar a Cohélet, como todo el libro nos ofrece una palabra de sabiduría que envuelve toda la condición humana.

El autor integra en el comentario de diversas perícopas la enumeración de varios sentidos e imágenes, propuestos por la tradición, a partir de la letra de los poemas o discursos coheletianos. Al lector le queda claro a lo largo de toda la lectura de la obra, que el lenguaje poético y sugerente de Cohélet, no puede de ninguna manera ser reducido a un solo significado, o a un mensaje unívoco. La riqueza propia de sus escenarios, creados por la pluralidad de sentidos poéticos que se contienen en sus textos, permite al lector hallarse a sí mismo en los discursos del Eclesiastés y encontrar diferentes situaciones de distintas coyunturas iluminadas por los textos. El autor, por ejemplo, evoca en su comentario, el dolor provocado por el flagelo de la pandemia del COVID 19 y algunas luces que nos permite hallar Cohélet, para interpretar aquellas penosas vivencias contemporáneas (págs. 189 y 191). El libro no evade los problemas reales de los hombres y las mujeres de hoy. Así se muestra, detrás de la exégesis, el compromiso con la coyuntura contemporánea que atraviesa la historia de la sociedad actual; sobre todo situada desde América latina.

El trabajo del profesor Eleuterio Ramón Ruiz responde al formato clásico de un comentario exegético. Demás está decir, que se trata de un logro muy importante para los estudios bíblicos en Argentina y en Latinoamérica, debido a que se nos presenta como el primer comentario a este libro sapiencial realizado desde estas tierras. El comentario contiene el punto de vista propio de un hispano parlante que lee, explica el texto y lo interpreta situado desde estos márgenes pobres del mundo. Cohélet posee un mensaje perenne y es un libro especialmente luminoso para releer nuestra propia historia. La vanidad de nuestro mundo y las búsquedas legítimas de nuestra gente para «alegrarse y buscar el bienestar en la vida… después de todo… eso es un don de Dios» (Ecle 3,12-13). Por eso, la posibilidad de acercarse a la reflexión y meditación de este libro canónico del Antiguo Testamento, del estudio de sus contextos y teologías, enriquece a los lectores de la Biblia, especialmente, a los que nos encontramos en estos márgenes del tercer mundo. Ya Rafael Tello, el conocido teólogo argentino del cristianismo popular, había hecho notar en sus obras «las percepciones que el pueblo obtiene de la verdad evangélica y que el Eclesiastés anuncia», y por ello, desarrolló con precisión la importancia del Eclesiastés para comprender la vida de nuestro pueblo pobre, cristiano y latinoamericano; pues «este modo de ser cristiano y no-mundano de nuestro pueblo, tal vez esté enseñado por el Espíritu Santo en el Eclesiastés» (Rafael Tello, El cristianismo popular II, Buenos Aires: Agape - Fundación Saracho, 2017, 90. Cf. 88-95).

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