Artículos

María en el centro de la evangelización latinoamericana.

Mary at the center of Latin American evangelization. The place of the Virgin in the pastoral reflection of Monsignor Farrell

Hernán Antonio Acosta
Instituto Raspanti – Morón, Argentina

Revista Teología

Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, Argentina

ISSN: 0328-1396

ISSN-e: 2683-7307

Periodicidad: Cuatrimestral

vol. 60, núm. 141, 2023

revista_teologia@uca.edu.ar

Recepción: 15 Abril 2023

Aprobación: 23 Septiembre 2023



DOI: https://doi.org/10.46553/teo.60.141.2023.p27-41

Resumen: La evangelización fundante de América Latina tuvo como principal protagonista a la Inmaculada Virgen María, desembarcada por los misioneros españoles y constituida como agente pastoral por excelencia. Las causas son muchas, pero, principalmente, debemos reconocer su capacidad única de asimilarse a la cultura de los pueblos y dar un rostro inculturado a la Iglesia. La reflexión de Monseñor Gerardo Tomás Farrell aborda esta cuestión histórico-pastoral. Secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral (COEPAL) entre 1967 y 1972, su pensamiento abreva de la sabiduría de los principales teólogos argentinos que contemplaron la presencia maternal de la Virgen en la raíz de la cultura popular, entre ellos Lucio Gera y Rafael Tello. El aporte específico de Farrell a la reflexión teológico-pastoral argentina y latinoamericana, desde la centralidad mariana, puede nutrir los lineamentos pastorales actuales y ayudar a cuidar la memoria del pueblo, su racionalidad histórica y su profundo sentido de trascendencia.

Palabras clave: Virgen María, Luján, Pueblo, Cultura, Evangelización, Latinoamérica, Mariología, Religiosidad popular, Catolicismo popular.

Abstract: The founding evangelization of Latin America had as its main protagonist the Immaculate Virgin Mary, landed by the Spanish missionaries and constituted as a pastoral agent par excellence. The causes are many, but, above all, we must recognize her unique capacity to assimilate into the culture of peoples and give an inculturated face to the Church. The reflection of Monsignor Gerardo Tomás Farrell addresses this historical-pastoral question. Executive Secretary of the Episcopal Pastoral Commission (COEPAL) between 1967 and 1972, his thought draws on the wisdom of the main Argentine theologians who contemplated the maternal presence of the Virgin at the root of popular culture, among them Lucio Gera and Rafael Tello. Farrell's specific contribution to Argentine and Latin American theological-pastoral reflection, from Marian centrality, can nourish the current pastoral guidelines and help to care for the memory of the people, their historical rationality and their deep sense of transcendence.

Keywords: Virgin Mary, Lujan, Village, Culture, Evangelization, Latin America, Mariology, Popular religiosity, Popular Catholicism.

María en el centro de la evangelización latinoamericana. El lugar de la Virgen en la reflexión pastoral de Monseñor Farrell

Hernán Antonio Acosta·

Instituto Raspanti – Morón (Argentina)

hacosta@raspanti.edu.ar

Recibido 15.04.2023/Aprobado 23.06.2023

ORCID: https://orcid.org/0009-0008-6330-9036

DOI: https://doi.org/10.46553/teo.60.141.2023.p27-41

Resumen

La evangelización fundante de América Latina tuvo como principal protagonista a la Inmaculada Virgen María, desembarcada por los misioneros españoles y constituida como agente pastoral por excelencia. Las causas son muchas, pero, principalmente, debemos reconocer su capacidad única de asimilarse a la cultura de los pueblos y dar un rostro inculturado a la Iglesia. La reflexión de Monseñor Gerardo Tomás Farrell aborda esta cuestión histórico-pastoral. Secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral (COEPAL) entre 1967 y 1972, su pensamiento abreva de la sabiduría de los principales teólogos argentinos que contemplaron la presencia maternal de la Virgen en la raíz de la cultura popular, entre ellos Lucio Gera y Rafael Tello. El aporte específico de Farrell a la reflexión teológico-pastoral argentina y latinoamericana, desde la centralidad mariana, puede nutrir los lineamentos pastorales actuales y ayudar a cuidar la memoria del pueblo, su racionalidad histórica y su profundo sentido de trascendencia.

Palabras clave: Virgen María; Luján; Pueblo; Cultura; Evangelización; Latinoamérica; Mariología; Religiosidad popular; Catolicismo popular

Mary at the center of Latin American evangelization. The place of the Virgin in the pastoral reflection of Monsignor Farrell

Abstract

The founding evangelization of Latin America had as its main protagonist the Immaculate Virgin Mary, landed by the Spanish missionaries and constituted as a pastoral agent par excellence. The causes are many, but, above all, we must recognize her unique capacity to assimilate into the culture of peoples and give an inculturated face to the Church. The reflection of Monsignor Gerardo Tomás Farrell addresses this historical-pastoral question. Executive Secretary of the Episcopal Pastoral Commission (COEPAL) between 1967 and 1972, his thought draws on the wisdom of the main Argentine theologians who contemplated the maternal presence of the Virgin at the root of popular culture, among them Lucio Gera and Rafael Tello. Farrell's specific contribution to Argentine and Latin American theological-pastoral reflection, from Marian centrality, can nourish the current pastoral guidelines and help to care for the memory of the people, their historical rationality and their deep sense of transcendence.

Keywords: Virgin Mary; Lujan; Village; Culture; Evangelization; Latin America; Mariology; Popular religiosity; Popular Catholicism

1. Introducción

En este artículo conoceremos la reflexión pastoral de Monseñor Farrell, ajustándonos a sus meditaciones en torno al lugar que ocupa la Virgen en la evangelización latinoamericana. Lo esencial será entender que es inconcebible plantear la evangelización dejando de lado a la Virgen, porque «María es el centro del catolicismo popular en toda la Iglesia y de una manera particular en América Latina».[1]

El camino que propongo tiene dos momentos específicos: uno que contempla a la Virgen en el origen de la evangelización latinoamericana, y otro que ausculta las razones del lugar de privilegio que tiene la Virgen en la memoria del pueblo, más allá de la propiamente histórica. En este segundo momento, entra en juego la idiosincrasia de nuestro pueblo, su cultura o personalidad, que considera a la maternidad como a un valor supremo y al santuario mariano como un lugar de pertenencia y de encuentro de todo el pueblo y del pueblo con Dios.

Considero necesario hacer una aclaración, antes de iniciar el camino propuesto, y es la siguiente: hay que ser cautos al afirmar que Farrell tenía un pensamiento mariológico, porque a) nunca tuvo intención, al parecer, de escribir una obra exclusivamente dedicada a María; b) su pensar mariológico estuvo influenciado principalmente por Lucio Gera y Rafael Tello, entre otros miembros de la COEPAL y, por tanto, uno puede reconocer la pluma de estos maestros en sus escritos; y, por último, c) «Farrell fue, fundamentalmente, un pastoralista»[2] y, por lo tanto, sus reflexiones sobre la Virgen ingresan en un plano más extenso: la pastoral popular en Argentina y en América Latina.

2. María en la evangelización fundante

La Virgen está arraigada en la fe del pueblo desde la evangelización fundante del continente americano. Por eso, Farrell afirma que la pastoral no puede proyectarse sin tener a la Virgen como uno de sus pilares fundamentales. Este hecho hace que sea un deber conocer la historia de nuestro pueblo para proyectar un plan pastoral, pues en la historia se encuentran los pueblos, y los pueblos se expresan en una cultura: una visión del mundo y un mundo de valores:

«Los dirigentes —pastorales y laicos— carecen en general de un conocimiento adecuado de la historia del pueblo argentino, en particular de ese pueblo en cuanto sujeto de vida eclesial, como desconocen la historia de la actividad pastoral realizada por la Iglesia. Los hombres e instituciones sin historia… no tienen donde arraigar su acción, no encuentra al pueblo al que pertenecen. Los pueblos se encuentran en la historia… Sin historia no hay pueblos, sin pueblos no hay misión, ni pastoral, ni política».[3]

Hay una necesidad básica de conocer la historia del pueblo que tiene a la Virgen en el centro de su vivencia teologal. En la memoria de nuestro pueblo habita la presencia maternal de María, y el agente pastoral tiene la responsabilidad cuidar esa memoria.

La palabra que Farrell prefiere utilizar cuando remarca este deber del agente pastoral es auscultar: para cuidar la memoria del pueblo uno debe hacer aquello que un médico tiene incorporado al revisar a un paciente: escucha los sonidos interiores de su cuerpo con la intención de cuidarlo o atenderlo debidamente. «La dirigencia debe por eso auscultar la cultura popular».[4]

La cultura del Pueblo de Dios y, en la raíz de la cultura, su religiosidad popular profundamente mariana, debe ser escuchada para ser cuidada e impulsada; no al revés, como a veces suele suceder, cuando se imponen proyectos pastorales sin auscultar la vida de ese pueblo que cree, ama y espera.

En su obra Iglesia y Pueblo en Argentina. Historia de 500 años de evangelización, Farrell cuenta cómo se encausó la evangelización en América, siempre de la mano de la Iglesia española, cuyo agente misionero estaba condicionado por la realidad del Patronato regio —es decir, un frente común político-eclesiástico—, la bandera de la contrarreforma —España lideró la reforma católica europea con sus aportes en Trento— y su religiosidad característica.[5]

Lo primero que se debe hacer, por tanto, es escuchar la historia de fe de nuestro pueblo en sus orígenes. Y sus orígenes nos remontan a la evangelización fundante llevada a cabo por España, tendiendo en cuenta su religiosidad.

La religiosidad española, vale la pena recordar, es fruto de la inculturación que vivieron los pueblos de la península ibérica. Farrell no lo dice directamente, pero lo fundamenta y lo deja a criterio del lector. Señala que recibe la síntesis católica de Cluny desde el camino de Santiago, el impulso celta con su ascética monástica, penitencial y rigorista de Irlanda, y el influjo árabe como resultado evidente de la conquista y los posteriores siglos de reconquista. Forman parte de la cultura hispánica las grandes procesiones de «Corpus Christi», las devociones a Cristo Crucificado y a los santos, pero, muy especialmente, a la Inmaculada Virgen María: «Todo este universo religioso, pletórico de imágenes, de canciones, de santuarios, de romerías y de fiestas, estaba presente en el católico español que desembarca en tierras americanas».[6]

La devoción a la Inmaculada fue, entre todas las devociones, la que impulsó la evangelización en nuestras tierras: «A poco de establecerse la Iglesia en cada una de las regiones argentinas, se protege la fe y se dinamiza la evangelización mediante la devoción a una imagen mariana sellada por algún acontecimiento providencial».[7] No es casualidad que hoy contemos con las devociones a Nuestra Señora del Milagro (Salta), a Nuestra Señora del Rosario (Córdoba), a Nuestra Señora de Itatí (Corrientes) y a Nuestra Señora de Luján (Buenos Aires).

La razón principal de la religiosidad popular de nuestro pueblo es histórica; es, indudablemente, el resultado de una pastoral impulsada por España. Sin embargo, para ser más precisos, valdría decir que es el resultado de una pastoral impulsada principalmente por la Virgen.

3. María es el centro del catolicismo popular

Este hecho histórico produjo que María sea el centro del catolicismo popular en toda la Iglesia y de una manera particular en América Latina, pero eso no quiere decir que «reste ni añada a la dignidad y eficacia de Cristo, único mediador» (LG 62). Todo lo contrario: «Por voluntad del Padre, sin María no hay cristo, no hay humanidad del Hijo de Dios», dice Farrell, lo que confirma que «la devoción Mariana es un alimento de la fe auténtica en el misterio de la Encarnación».[8] Siempre la Virgen lleva a Cristo, y Cristo lleva al Padre en el Espíritu Santo.

La referencia al misterio de la Encarnación es constante en los escritos de nuestro autor, pero no sólo para ubicar a la Virgen en orden a Cristo, único mediador, sino también en cuanto al protagonismo que tiene en la cultura latinoamericana. Análogamente, nos dice que «como en Cristo María aportó la carne y la sangre, en la evangelización americana, la devoción mariana aportó inculturación».[9] La devoción a la Virgen está en la raíz de la cultura popular porque la misma Virgen se entretejió en las culturas de los pueblos americanos. Nadie como Ella pudo asimilar la cultura de los pueblos y darle rostro a esa nueva forma de fe, uniendo pueblos de los más diversos orígenes y dándole un nuevo rostro a la Iglesia. Por lo tanto, el catolicismo popular en América Latina tiene a la Virgen en el centro de su vivencia teologal por la historia misma de la evangelización del continente, pero también porque la Virgen hizo suya a Nuestra América. Hay una apropiación de los pueblos, un dejarse abrazar por María.

Ahora bien, ¿por qué fue tan fácil la inculturación mariana? Si hablamos del encuentro entre españoles y aborígenes, María entró en la religiosidad americana en relación con la tierra y su fertilidad. Esta asimilación entre la Virgen y la tierra no tiene nada de heterodoxa, sino que viene de la Tradición; está en muchos Padres de la Iglesia como san Ireneo y Tertuliano.[10] Y más importante todavía fue su aceptación como Madre, puesto que «los indígenas y más aún los mestizos, tuvieron poca presencia del padre en el hogar. Toda la vida del niño se realizaba alrededor de la madre, sino de la abuela».[11]

Por otra parte, la capacidad que tuvo la Virgen para evangelizar la cultura quedó plasmada en los relatos de los milagros, donde podemos contemplar los diversos elementos culturales propios de la época.

En el caso de la Virgen de Luján, el relato de su milagro posee todos los elementos de la cultura rioplatense del siglo XVII: nuestra eterna pampa, los gauchos, las carretas, el contrabando, la trata de negros, los caminos reales y las estancias. Este entretejimiento de la Virgen en la cultura bonaerense permite entender su presencia en la religiosidad popular y fundamenta, al mismo tiempo, el lugar de relevancia de debería ocupar en nuestra pastoral. Es, como dice Farrell, «el agente pastoral por excelencia».[12]

Pero conviene, ahora, profundizar en las razones que fundamentan el lugar central que tiene María en el catolicismo popular. Nuestro autor desperdiga, a lo largo de sus textos, varias cuestiones puntuales.

Bibliografía

Acosta, Hernán Antonio. Monseñor Farrell: Padre de la Teología del pueblo. Pensar desde la historia, la memoria y la cultura. Buenos Aires: Guadalupe, 2022.

Antonio Mario Grande. Aportes argentinos a la teología pastoral y a la Nueva Evangelización. Buenos Aires: Ágape, 2011.

Farrell, Gerardo. «Catequesis y devoción popular mariana», n.. 10 (1989).

———. «La evangelización en el conurbano», n.. 1078-79 (1986).

———. «Luján: centenario de la coronación», n.. 1998 (1987).

Farrell, Gerardo, y Juan Lumerman. Religiosidad popular y fe. Buenos Aires: Patria Grande, 1979.

Farrell, Gerardo Tomás. Argentina como cultura. Buenos Aires: Docencia, 1994.

———. Iglesia y pueblo en Argentina. Historia de 500 años de evangelización. Buenos Aires: Patria Grande, 1992.

———. «Reflexiones pastorales para los santuarios de la América Latina de los 500 años». Religiosidad popular y santuarios 16 (1987): 25-43.

Gera, Lucio. «Recuerdo de Gerardo Farrell», Criterio 2252 (2000): 382-383.

Notas

[1] Gerardo Farrell, «Catequesis y devoción popular mariana», Didascalia 10 (1989): 11
[2] Lucio Gera, «Recuerdo de Gerardo Farrell», Criterio 2252 (2000): 382.
[3] Gerardo Tomás Farrell, Iglesia y pueblo en Argentina. Historia de 500 años de evangelización (Buenos Aires: Patria Grande, 1992), 8.
[4] Gerardo Tomás Farrell, Argentina como cultura (Buenos Aires: Docencia, 1994), 32.
[5] Gerardo Tomás Farrell, Iglesia y pueblo en Argentina. Historia de 500 años de evangelización…, 20.
[6] Ibid., 21.
[7] Ibid., 26.
[8] Gerardo Farrell, «Luján: centenario de la coronación», Criterio 1998 (1987): 665.
[9] Ibid.
[10] Cf. Farrell, «Catequesis y devoción popular mariana»..., 12.
[11] Ibid.
[12] Farrell, «Luján: centenario de la coronación»..., 666.
[13] Ibid.
[14] Gerardo Farrell y Juan Lumerman, Religiosidad popular y fe (Buenos Aires: Patria Grande, 1979), 15.
[15] Gerardo Tomás Farrell, Argentina como cultura…, 18.
[16] Entrevista inédita, en: Antonio Mario Grande, Aportes argentinos a la teología pastoral y a la Nueva Evangelización (Buenos Aires: Ágape, 2011), 593.
[17] Gerardo Farrell, Argentina como cultura…, 18
[18] Gerardo Farrell et al., Teología, evangelización y liberación (Buenos Aires: Paulinas-SAT, 1986), 228.
[19] Gerardo Farrell y Juan Lumerman, Religiosidad popular y fe…, 14-15.
[20] Farrell, «Luján: centenario de la coronación»..., 665.
[21] Ibid., 666.
[22] Farrell, «Catequesis y devoción popular mariana»..., 13.
[23] Ibid., 14.
[24] Gerardo Tomás Farrell, «Reflexiones pastorales para los santuarios de la América Latina de los 500 años», Religiosidad popular y santuarios 16 (1987): 27.
[25] Gerardo Farrell, «La evangelización en el conurbano», Criterio 1078-79 (1986): 714.
[26] Gerardo Tomás Farrell, Argentina como cultura…, 12.
[27] Ibid., 20
[28] Gerardo Farrell y Juan Lumerman, Religiosidad popular y fe…, 21.
[29] Hernán Antonio Acosta, Monseñor Farrell: Padre de la Teología del pueblo. Pensar desde la historia, la memoria y la cultura (Buenos Aires: Guadalupe, 2022), 60.
[30] Farrell, «La evangelización en el conurbano»..., 714.
[31] Farrell, «Catequesis y devoción popular mariana»…, 13.
[32] Gerardo Tomás Farrell, «Reflexiones pastorales para los santuarios de la América Latina de los 500 años»…, 26.
[33] Francisco, Encuentro con el episcopado brasileño (en línea), https://www.vatican.va/content/francesc o/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-brasile.html

Notas de autor

Licenciado en Teología de la Universidad Católica Argentina, se desempeña como docente en el Instituto Superior Monseñor Miguel Raspanti y en la licenciatura de Trabajo Social de la Universidad de Morón y la Escuela Diocesana de Servicio Social Monseñor Gerardo Tomás Farrell de Morón.
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