Notas Bibliográficas

CARLOS E. CABALERO; ANIBAL G. TORRES, Entre la memoria y la profecía. Reflexiones a partir de la vida y obra de Leonardo Castellani. Buenos Aires: Ed. Autores de Argentina, 2022, 140 pp.

Agustín Podestá

Revista Teología

Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, Argentina

ISSN: 0328-1396

ISSN-e: 2683-7307

Periodicidad: Cuatrimestral

vol. 60, núm. 140, 2023

revista_teologia@uca.edu.ar

Torres Anibal G., Caballero Carlos E.. Entre la memoria y la profecía. Reflexiones a partir de la vida y obra de Leonardo Castellani. 2022. Buenos Aires. Autores de Argentina. 140pp.


Asumiendo el desafío de rescatar a un autor tan prolífero y profundo como Castellani, rescatarlo no sólo del olvido sino también de interpretaciones sectoriales, los autores presentan una aproximación teológica y original a su figura: entre la memoria (haciéndolo presente, revisando y actualizando) y la profecía (descubriendo lo que pueda convertirse en crítica, luz y verdad para hoy).

Leonardo Luis Castellani, nacido a finales del siglo XIX en Santa Fe, fue sacerdote católico (primero jesuita y luego diocesano), verdadera mente brillante, filósofo, teólogo, literato, y un pensador influyente en su época. Su breve paso por la política le valió (y le vale aún hoy) encontrarse a merced de diversos grupos que le adjudican ideologías en las que él estrictamente no perteneció o sostuvo.

Como demuestra la obra de Cabalero y Torres, los importantes títulos y honores que tuvo y recibió Castellani no le significaron un cambio en su austeridad de vida y de pensamiento, no sólo desde la vestimenta y forma de vida, sino también en la profundidad y rigurosidad filosófico-teológica encarnada en su contexto. Quizás aquí radica uno de los aspectos más sobresalientes de esta obra: reflejar un Castellani “integral” en perspectiva teológica, es decir, presentar un perfil del autor que es, a la vez, teologal y dialogal, religioso y encarnado, profundo y sencillo.

A su vez, como no se trata solamente de una recopilación histórica, el libro se anima a poner en diálogo el pensamiento del autor con el magisterio de la Iglesia, tanto de su época como más contemporáneo. Aprovechando el interés del mismo autor por la bibliografía magisterial, los autores constantemente relacionan lo desarrollado en Castellani con encíclicas y otros documentos de papas como Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y, en especial, con Francisco. Esta opción metodológica tiene una intencionalidad marcadamente pastoral: constatar que el pensamiento de Castellani vive aún (quizás por aquello que los autores desarrollan como profético en su obra), y que puede dialogar con problemáticas más actuales (especialmente en el terreno de la eclesiología).

Adentrándonos ahora en el recorrido de la obra, se puede observar un original aporte para la sistematización del pensamiento del teólogo santafesino, un hallazgo que el mismo autor dice no haber tenido o que muchos de sus detractores utilizan como crítica a sus aportes. En esta perspectiva, entendemos que podemos dividir el libro en tres partes:

Primero, una introducción biográfico-literaria. A lo largo de la sección específica de notas biográficas y el capítulo uno, los autores reparan en el perfil más auténticamente religioso de Castellani. Puede resultarle redundante a algún lector que, al tratarse de un sacerdote católico, sea importante reparar en este aspecto. Sin embargo, a menudo en la historiografía argentina, es lamentable constatar como los historiadores omiten (creo intencionalmente) la religiosidad de personalidades de la historia. Para comprender a un autor en la historia es necesario reparar en su contexto sí, pero, sobre todo, en su pensamiento y para ello no se puede obviar la espiritualidad y religiosidad, cuestión que aquí los autores acertadamente explayan y detallan. Profundizan en su biografía religiosa, en su itinerario teológico y pastoral, en su formación y lecturas principales, en la relación con su entorno y otros pensadores influyentes en su época.

Segundo, la parte más extensa que podría abarcar desde el capítulo dos al seis, donde los autores proponen, como mencionábamos, una sistematización filosófico-teológica del pensamiento de Castellani a través de sus obras. Comienzan por su amor por la búsqueda de la verdad, su formación y comentarios a Santo Tomás a la luz y en diálogo con Kierkegaard; y continúan por aspectos específicamente teológicos como: la soteriología (donde el infierno será disparador para revalorizar la apocalíptica y la victoria de la Resurrección de Cristo, y, desde allí, al discernimiento y la profecía como herramientas y camino), la cristología (desde los misterios del rosario y la unión hipostática hacia la Pascua y la locura de la cruz tanto en el contexto de Jesús como en el siglo XX), la eclesiología (que no se encuentra así tratada en el libro pero podemos concebirlo de esta forma ya que los autores rescatan las críticas que Castellani hacía a sus contemporáneos eclesiásticos respecto de sus acciones “fariseas” al igual que aquél grupo para con Jesús, la deficiente formación de los seminaristas, sacerdotes y obispos, la falta de compromiso y de deseo de santidad), y el jesuitismo (identificando las raíces del carisma ignaciano y de los ejercicios espirituales en su pensamiento).

Tercero, aquí los autores levantan el guante y tratan de dar una respuesta a la situación en la que el autor se encontró (¿sin querer queriendo?) en la historiografía posterior: la utilización ideológica sectorial de su pensamiento. En efecto, tratan sobre la vinculación política de Castellani no sólo desde su pequeña acción en términos partidarios, sino también en cuanto al compromiso social (si es que existió y cómo) y en cuanto manifestación excelsa de la caridad. Por último, se introducen en la relación con los turbulentos acontecimientos políticos más importantes que sucedieron durante su vida como el peronismo y la última dictadura militar (con especial análisis de las consideraciones respecto al almuerzo sostenido con Borges, Sábato y Videla en Casa Rosada donde Castellani pidió explícitamente por Heraldo Conti, desaparecido).

Por lo recorrido hasta aquí, se puede observar que las reflexiones propuestas a la luz de la vida y obra de Castellani en el libro se convierten en un interesante aporte para la historia y la vida de la Iglesia en Argentina. Resistiendo al olvido, autores como Castellani pueden hoy seguir siendo considerados como instancias de diálogo y aporte para reflexiones que sean, a la vez, políticas y religiosas, eclesiásticas y civiles, profundas y accesibles.

Si el objetivo de la historia de la Iglesia es comprender el paso del Pueblo de Dios en la historia, la tarea de los cristianos seguirá siendo la de ser testigos de esperanza, en palabras algo satíricas de Castellani, recuperadas en el libro:

Hoy día hay muchos hombres, algunos muy afamados, que dicen: «El Cristianismo ha fracasado, miren como está el mundo». La respuesta sencilla es ésta: «Eso está por verse; el mundo todavía no ha acabado».

Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
HTML generado a partir de XML-JATS4R